martes, 14 de octubre de 2014

¿Qué hago con esto?

Cuando la Vida nos pone a prueba...

Quisiéramos no sufrir ni que sufrieran los seres que nos resultan significativos, pero nuestra existencia está atravesada por la fragilidad, la finitud, la enfermedad, el dolor...

Hay situaciones que afectan nuestra existencia cotidiana, condicionándola, limitándola o conformándola de alguna manera. Se presenta ante nosotros la pregunta: ¿qué hago con esto?
Y aparece así, el momento de la toma de conciencia y la re-significación de la existencia.

La existencia humana tiene una faz que aunque queramos negarla, en algún momento se nos manifiesta: dolor, conflictos, culpa, remordimiento, la condición mortal, etc.
Por otro lado, aquella realidad dolorosa que se me revela resulta necesaria para encontrar los caminos de la liberación, la cura, la reconciliación o la aceptación de nuestra propia vulnerabilidad.

Es en estos momentos donde se enciende el despertador de la conciencia y donde uno puede optar por continuar con la rutina, o volverse más lúcidos y crecer en sabiduría.
Lo cual implicará levantarse, restablecerse, recuperar la salud, vivir más conscientes el presente.

Es por ello que ante algún acontecimiento que nos arranca de nuestro estado de adormecimiento, estamos frente a un verdadero comienzo, un despertar de la conciencia.
Claro que aquello que nos despertó puede ser demasiado doloroso: descubrimos que fuimos engañados, que nos mintió alguien en quien confiamos, un duelo, un abandono, un fracaso, una enfermedad… ¡o todo esto junto!

Hay quienes buscan aturdirse y anestesiarse frente al dolor, con fármacos, alcohol, sexo, drogas, etc. porque la verdad que se hace evidente se hace insoportable, entonces es preferible continuar adormecidos y dejarnos llevar por una corriente que hace y decide por nosotros.
Este es un camino que estanca nuestro despertar y nuestro crecimiento saludable.

El otro camino es el de humildad, autenticidad, el de la verdad, el de “estar despiertos”, que implicará levantarse y ponerse de pie luego de la enfermedad del alma y el cuerpo, sentir de nuevo la fuerza de la vida fluye en nuestro interior, esa energía que nos hace conscientes de nuestras elecciones y responsables de nuestros actos.

Todo un desafío de cada día. O nos quedamos aplastados frente a lo que no podemos modificar, o respiramos hondo e intentamos trascenderlo, aceptando, honrando, eligiendo, aprendiendo.

Esto es parte de la condición humana misma, no podemos escapar del dolor, la culpa, la enfermedad, el abandono, el duelo, etc, pero si podemos asumir nuestra propia realidad y hacernos cargo del aprendizaje y crecimiento necesario que la vida misma nos impone.

Apostar a la vida, aceptando lo que ella nos ha regalado como una parte de nuestro destino y asumiendo la responsabilidad por las propias elecciones como la otra parte de nuestro destino, es aprender el camino de la libertad. Es ser protagonistas de nuestra propia historia de vida y no un mero espectador. Es toma de conciencia y re-significación de la propia existencia.

Para reflexionar: Cuando se hace manifiesta la incongruencia, todo se cae.

Espiritualidad: «El Reino de Dios ya está entre vosotros» Lc 17,21. O bien: «dentro de vosotros».

Todo lo que sucede a nuestro alrededor no tiene significado propio. Vas a ser tú, quien interprete ese evento y le ponga significado.
Autor: M. Guadalupe Buttera
Counselor. Consultora Psicológica con una mirada Espiritual
Cel 342-156 115 394
http://despertarycrecer.blogspot.com/
Abriéndonos a un nuevo mundo de alabanza, gratitud y amor.